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Poemas Sobre Palomas
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Poemas Sobre Palomas

parece que se ha parado.
La cabeza él ha vuelto
para ver quién le hablaba
y de pronto asustado
el ciempiés que se quedaba.
Nunca en toda su vida
ha visto nada igual
un pico grande, muy grande
allí cerquita está.
Asustado el ciempiés
ha comenzado a andar
pero como está nervioso
no lo podía lograr
las patas se le enredaban
y ninguna obedecía
él quería ir para un lado
y ellas se resistían.
Enredadas todas ellas
no han negado a avanzar
y de pronto ha escuchado
―¡Te podría ayudar!
―¿Ayudarme? ―el ciempiés
bajito ha preguntado―,
¿A qué podrías hacerlo?
―Y cayado se ha quedado.
―No sé, a lo que tu digas
ha vuelto a escuchar
quisiera ser tu amiga.
―Él asombrado está.
―¿Amiga, he escuchado?
eso no será verdad
seguro que a comerme
tu intención esa será.
―¿A comerte?, hay que risa
―la otra así decía
solo soy una paloma
que volaba y te veía.
Como estoy muy sola
enseguida he pensado
que si hablaba contigo
y por eso me he posado.
Pensándolo el ciempiés
un ratito se ha quedado
y después así la ha dicho
―Pero comerme has tratado.
La palomita lo mira
y a reír se ha echado
―No tengas miedo conmigo
―así le ha contestado.
»Yo no me como ciempiés
pues nunca me han gustado
con las patitas que tienes
me habría atragantado.
Ahora es el ciempiés
el que a reír se ha echado
y le dice a la paloma
―Eso sí que me ha gustado.
Y los dos ya muy amigos
paseando se han quedado
comentando que hoy el sol
muy bonito ha llegado.
―Bonito y calentito
―así estaba diciendo
la palomita a su lado
y juntos se han quedado.
AMOR

5. EN UNA PLAZA HABÍA

En una plaza había
muchas palomas posadas
una distinta venía
te contaré qué pasaba.
Los bancos de aquella plaza
alguien los había pintado
la palomita curiosa
muy cerca se había arrimado.
Sus plumitas se la ven
de un rojo muy bonito
pero ella es distinta
y por eso se lo quito.
Los niños que la han visto
corretean sin parar
una paloma distinta
ellos la quieren tocar.
La palomita asustada
se viene aquí a posar
a mis pies muy despacito
ha dejado de volar.
Con cuidado la he cogido
con el pañuelo limpié
los trozos de la pintura
que en las plumas encontré.
Se está muy quietecita
seguro que imaginó
que la estoy quitando a ella
la pintura que manchó.


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