Jesús, amigo mío, que convierte el agua en vino, estás invitado a mi boda y después de la fiesta. Ven con tu Espíritu y el vino, porque mis amigos y yo tenemos sed y estamos secos.
Jesús, amigo mío, que convierte el agua en vino, qué hermosa es tu casa de oración, llena de tesoros y olor del cielo. Esperamos la voz de nuestro amado novio. Para ser coronado y sentado contigo Señor, y escucharte decir: Ven, come y bebe conmigo, el vino y el pan, en la mansión de mi padre. Ven mi amada esposa, tu lugar está listo, que comience la fiesta.
Oh Jesús, amigo mío, perdonador y tan amable, cómo conviertes mi agua en vino. El pan de vida y las aguas vivas apagan la sed y el hambre de todo tipo. Vengan personas, amigos y familiares de todas las naciones, débiles o fuertes, las bendiciones del cielo destruirán todo mal. La ira será contenida y la paz será con Dios. Tú también puedes cantar y orar, Jesús amigo de los pecadores, sé amigo mío.
5. Nada es imposible
Nada es muy profundo, Él puede salir a la superficie.
Nada es muy permanente, Él cambia cuando rezas creyendo.
Nada es muy desesperado, Él puede cambiarlo.
Nada es muy viejo, Él puede revivir y renovar.
Nada es muy doloroso, Él consolará.
Nada está muy roto, Él puede arreglar cualquier cosa.
Nada es muy temible, Él es más poderoso.
Nada es muy incontrolable, Él tiene el control.
Nada está muy lejos, Él extendió los cielos.
Nada es muy pobre, Él se preocupa y se enriquece.
Nada está muy oculto, Él revela secretos.
Nada es muy difícil, Él alivia las cargas.
Nada está muy enfermo, Él sana.
Nada está muy cerrado, Él abre puertas.
Nada está muy vacío, Él lo llena hasta desbordar.
Nada es muy débil, Él te fortalece.
Nada es poco ni muy pequeño, Él lo multiplica y lo engrandece.
Nada es imposible para el que cree. Porque para Dios nada es imposible.
6. Canta y Reza
Este es el día que hizo el Señor,
regocijémonos y alegrémonos en él.
Cantemos y alabemos su Nombre,
no importa lo que se nos presente.
Señor, derrama en nosotros tu gloria, y declara a través de nosotros tu historia, cómo moriste y resucitaste.
Y con alabanza y acción de gracias,
gritaremos que Cristo es Rey para siempre.
Esta es nuestra canción, a ti te pertenecemos.
Hemos encontrado nuestro lugar
donde el tiempo nunca es una pérdida,
Está en tu presencia Señor,
donde vivimos y morimos,
hasta ese momento nos encontramos cara a cara.
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