Antonio el Gato siempre había amado la música y el baile. Un día, se topó con una discoteca y estaba fascinado por los beats y ritmos que flotaban en el aire. Inspirado por los DJs, Antonio decidió probar su pata en los platos y pronto se convirtió en una sensación en el club. Pero lo de ser DJ no fue fácil — él tenía que practicar, aprender nuevas habilidades y a lidiar con algunos de los duros multitudes. Con la ayuda de sus amigos,