Cuando los europeos vieron por primera vez las estructuras monumentales de piedra en el extremo sur del lago Titicaca, en Bolivia, quedaron maravillados con la habilidad de quienes las produjeron. Estas construcciones han sido consideradas, con razón, la arquitectura de piedra más ingeniosa y hábil del mundo. Su precisión rivaliza con la de los incas hasta el punto de que desde los cronistas españoles del siglo XVI hasta los autores del siglo XX han afirmado que Tiahuanaco no solo sirvió a los incas como un modelo para la arquitectura y la mampostería de piedra sino que estos incluso importaron albañiles de la cuenca del Titicaca para construir sus edificios. <br/> Este cuidadoso estudio de Jean Pierre Protzen y Stella Nair, refuta esa idea y se adentra en cuestiones referentes a las técnicas de los picapedreros de Tiahuanaco, a la vez que se centra en su conocimiento de la geometría y en la extracción, corte y montaje de las piedras. Sin duda, los detallados análisis de las piedras de construcción permiten vislumbrar la arquitectura de Tiahuanaco, y la apariencia y las reglas que guiaron sus cánones de composición y producción.