“¡Cuente con eso Padre!” Respondió mientras retomaba las tareas que previamente cumplía.
“Amelia” llamó en voz alta el Sub Comandante Theodore Lewis luego de despedir a la tripulación del carro de guerra y entrar a su vivienda.
“Amor acá estoy” respondió suavemente Amelia secándose las manos sobre el delantal que vestía sobre sus ropas.
Se abrazaron y luego de un beso, él se dirigió a su habitación a sacarse las botas y la pesada chaqueta del uniforme mientras ella se retiraba el delantal para dejar al descubierto su llamativo vestido.
“La tina está lista para ti si deseas darte un baño antes de cenar” Comentó Amelia señalando en dirección del baño.
“Así lo haré deseando tenerte a mi lado en la tina” Respondió su esposo mientras la tomaba de una mano para no permitirle salir.
“Pero iba a terminar de preparar la mesa…”
“La noche será larga y los estómagos podrán esperar”
Ante el agarre de su esposo, Amelia se dejó llevar y se acercó a él, sentándose sobre sus piernas y besándolo en la boca antes de que él pudiera reaccionar, robándole cualquier iniciativa que pudiera tener planificada.
Luego de besarlo se levantó rápidamente y corrió hacia el baño tomando la delantera mientras su esposo permanecía en la habitación quitándose las demás piezas del uniforme antes de dirigirse al baño. Mientras caminaba hacia el baño se preguntaba la razón del gran silencio que provenía del recinto. Al entrar no vio a Amelia, quien segundos después emergió del agua de la tina entre risas y chapoteos.
La expresión facial de Amelia causó una gran sorpresa a Lewis quien inmediatamente profirió grandes carcajadas al ver el color rojo de la cara de su amada casi ahogada de esperar oculta bajo el agua.
Amelia arrojo agua con ambas manos sobre su esposo antes de que el lograra entrar a la tina.
Ya tranquilos y disfrutando del baño Amelia comenzó a contarle a Theodore sobre su día y la visita intempestiva que le había dispensado Lexi.
“Hoy vino Lexi a visitarme, me quería alertar acerca de una invitación que me hará Ava para que compartamos una tarde de café en los próximos días”
Theodore volteó a verla directamente a los ojos con asombro conociendo los riesgos que implicaba que ella se reuniera con la esposa del Sub Comandante Dartnell, por la fama que tenía de ser una mujer inquisitiva y que manipulaba todas las situaciones hasta obtener cualquier fin que persiguiera.
“Debes ser muy cuidadosa cuando hables con ella, pues tiene la capacidad de Manipular a las personas hasta obtener lo que sea que ande buscando”
“No te preocupes amor, como la perfecta ama de casa que soy, solo se hablar sobre los quehaceres del hogar” le contestó guiñándole un ojo.
“De cualquier manera no le des ningún detalle de nuestras vidas o de nuestros sueños y deseos, hazle sentir que tenemos una vida aburrida e insulsa en comparación a lo que puede ser su vida personal” le instruyó Theodore a Amelia.
Theodore arrojó de improviso una gran cantidad de agua sobre Amelia tomándola desprevenida y dejándola boquiabierta buscando recuperar la respiración.
Capítulo Tres
El Sub Comandante Arthur Cross preparaba un reporte detallado de los problemas acaecidos con algunos comandantes de combatientes que se habían revelado pretendiendo deponer al Comandante General de esa ciudad. Todo había sido muy rápido pero igual de rápido se retomó el control de la ciudad, evidenciándose con esa acción que las fuerzas leales eran superiores a las fuerzas rebeldes. Se adelantaban ahora todas las indagaciones necesarias para develar si todos los participantes habían sido tomados prisioneros o si quedaba alguno infiltrado dentro de las filas de los leales.
Las instrucciones fueron precisas y exactas con respecto a la condena que recibirían los involucrados, sería una condena aleccionadora para todos los miembros de componentes militares o policiales, sin embargo el hermetismo que consiguieron durante las investigaciones preliminares hacía suponer que había sido un hecho aislado y que solo involucró al reducido número de oficiales que ya estaban detenidos.
“Jamás supe de un golpe de estado exitoso que involucrara a solo 3 Comandantes de Combatientes con una docena de tropas participando”. Comentó agriamente el Sub Comandante Arthur Cross al recibir los detalles de las investigaciones adelantadas, sin dejar entrever su suspicacia al respecto de esa aventura. El movimiento subversivo había sido ciertamente rápido pero sin fuerza, sin embargo habían llegado hasta las instalaciones adónde pensaban se encontraba el Comandante General de la ciudad, les había fallado la inteligencia del movimiento llevándolos a un sitio aislado, error que facilitó las acciones desarrolladas por las fuerzas leales para retomar el control de la situación.
“Bienvenido Sub Comandante Theodore Lewis, ¿a que debo el gran honor de su visita? Un viaje de improviso desde Crestor hasta Lambar ha de tener un objetivo importante y preciado de lograr. Siéntase cómo en su propia ciudad.
Levantó una mano el Sub Comandante Arthur Cross hacía un Guardia de Comando quien acudió inmediatamente al llamado. “Traiga una jarra de vino y dos copas.”
“Muy bien Lewis, soy todo oídos”
“Estimado Sub Comandante he venido desde Crestor para obtener detalles acerca del levantamiento ocurrido acá, nos llegó la información y no escatimamos ningún detalle que pueda servirnos para mejorar nuestra inteligencia en el caso de nuestros Comandantes de Combatientes y nuestros Grunters, además de permitirnos prevenir cualquier falla que podamos presentar con nuestros oficiales o tropas.”
“En realidad y de acuerdo a la información que hemos recabado, parece que fue más una aventura pretendiendo deponer al Comandante General Jhon Franco, sin embargo no contaban ni con el personal suficiente, ni con las armas necesarias, además de que la inteligencia del movimiento cometió un error garrafal y los envió a los aposentos orientales creyendo que el Comandante General se encontraría allá y una vez aislados en ese sitio fueron detenidos todos sin mayores inconvenientes.”
“Llamativos todos los detalles”
“Efectivamente, y a pesar de parecer un hecho aislado nosotros no dejaremos cabos sueltos en nuestra investigación.”
“Muy importante, cada pieza de información, cada detalle por minúsculo que pueda parecer, será una pieza del rompecabezas definitivo de toda la acción”
“Una vez que terminemos de recabar toda la información pasaremos a decidir el destino que le espera a los conspiradores.”
“¿En otro orden de ideas, cómo se preparan sus hombres para los juegos que celebraremos dentro de pocas semanas?” preguntó el Sub Comandante Lewis, para aligerar el ambiente por demás cargado.
Levantando su copa hacia Lewis le ripostó: “Más listos que nunca antes”. Este año, la delegación de Lambar va dispuesta a ganar todas las justas que se celebren.
“Pues salud por eso” respondió el Sub Comandante Lewis emulando el ademan realizado antes por el Sub Comandante Cross.
Todo en Lambar parecía estar tranquilo, la actividad comercial, el movimiento de las personas en sus actividades rutinarias, no se observaba nada de preocupación en los ciudadanos, todo el ambiente de la ciudad estaba tranquilo, quizá hasta reflejaba cierta alegría, simplemente como si no hubiera ocurrido nada o el reflejo de una esperanza silenciosa por un ansiado cambio. La sensación de agobio que llevaban los habitantes quizá había conseguido liberar un poco la presión contenida dentro de ellos mismos durante sus vidas.
“Estimado amigo Cross es necesario analizar las motivaciones que llevaron a estos Comandantes de Combatientes a poner en riesgo sus carreras, su trayectoria y a sus Grunters”
“Considero que develaremos todos los detalles del movimiento, así como todas las ramificaciones e involucrados por muy ocultos que se encuentren, ya mis hombres de inteligencia están indagando en todos los gremios para recabar información y atar cabos.”
“Trabajo acertado Cross, trabajo acertado. Las actividades que ustedes cumplan acá nos brindaran aprendizajes a los demás Sub Comandantes de todos los territorios de Ramsary para mantenernos vigilantes y que ninguna acción similar nos tome desprevenidos”
“Sí, esa es una inquietud que ha estado revoloteando en mi cabeza desde que logramos sofocar la intentona. Por qué hasta ahora el Primer Ministro Cliff no ha enviado a ningún emisario a indagar con nosotros e informarle de primera mano, alguien de su total confianza.”
“considero que su labor ha sido lo suficientemente precisa y acorde a los hechos ocurridos, hasta donde se usted ha actuado de manera rápida y oportuna en el esclarecimiento de todo el asunto.”
“Lewis espero me acompañe a tomar el almuerzo y así podamos conversar acerca de todo los que está en desarrollo en estos momentos con relación a los juegos por venir”
“Por supuesto, además de aprovechar mi visita para recorrer Lambar que tenía cerca de tres años que no visitaba y mantengo buenos amigos en su ciudad”
Luego de un rápido recorrido por las instalaciones, el Sub Comandante Arthur Cross le pidió al Sub Comandante Lewis que le acompañara a presenciar uno de los interrogatorios que se realizaba en una pequeña sala ubicada en el mismo pasillo que transitaban como parte de su trayecto.
“Lewis no le garantizo que lo que vea sea censurable o no, todo depende de la colaboración que esté prestando el prisionero cuestionado”
“Ningún problema con eso.”
Al acercarse a la puerta, un Grunter que resguardaba la entrada adoptó enérgicamente la posición de firmes a la vez que saludaba marcialmente a ambos oficiales.
“Interrogatorio en proceso ¡Señor!”
“¡Permítanos pasar Grunter!”
“Adelante Señor”
Abriendo la puerta cuidadosamente el Grunter se apartó para permitir el ingreso de ambos sub comandantes para luego cerrar la puerta detrás de ellos y permanecer en su puesto externo.
Dentro de la pequeña sala semi oscura y debajo de una gran lámpara de aceite se encontraba una robusta mesa de madera frente a la cual estaban sentados tres miembros de las fuerzas de inteligencia, solo uno tomaba notas de todo lo que se le preguntaba al prisionero y de lo que este respondía mientras los otros dos interrogaban y analizaban las respuestas y le formulaban nuevas preguntas en base a lo declarado. El prisionero atado a una silla a tres metros de la mesa no tenía mayores posibilidades de moverse, su preparación física y mental era evidente por su apariencia y el aplomo con el que respondía. Cada una de sus respuestas era emitida hacia el interrogador de forma diáfana y clara, acompañada de una mirada sostenida a quien le interpelara, evidenciando la decisión del prisionero en lo que había hecho.
“Nuestro movimiento no puede catalogarse de subversivo de ninguna manera, actuamos bajo la plena convicción de lo que es mejor para la mayoría de los habitantes de Lambar. Respetuosamente los insto a hablar con cualquier ciudadano en la taberna, en el mercado o en el templo de oración y podrán verificar mi declaración al respecto. La mayoría está convencida que nuestro nivel actual de vida está muy por debajo de la realidad cuando analizamos todas las riquezas que nuestro suelo produce y que están siendo llevadas a Elsum solo para beneficiar de manera obscena al Primer Ministro de Ramsary y su camarilla. Y estoy convencido que mi condena será más por mis palabras que por mis actos”
Al escuchar estas palabras el Sub Comandante Arthur Cross tocó el brazo del Sub Comandante Lewis y le hizo un ademan para retirarse de la sala.
Más tarde en el comedor del cuartel general los Sub Comandantes se encontraban ya ubicados frente a la mesa esperando ser servidos para tomar los alimentos.
“Es interesante ver cuán determinado esta ese Comandante de Combatientes en establecer su motivación, habrá que esperar a las declaraciones de los demás para sacar conclusiones.”
“Lewis creo que lo que dicen es la evidencia de lo que siente la gente en sus hogares en sus momentos íntimos. Tomo cada palabra como motivo de análisis y corrección sin querer sonar de acuerdo con los tres Comandantes de Combatientes involucrados y lamentablemente debo ser radical en cuanto a la sanción a aplicarles.”
“Cada detalle de información con un significado, reducirá la incertidumbre o nos permitirá aprender más sobre el movimiento y sus reales motivaciones. Toda esta información nos orientará a las acciones posteriores al reducir el margen de incertidumbre con respecto a nuestras nuevas decisiones.”
En ese momento entraron cuatro sirvientes portando las bandejas de comida para ambos comensales, liderados por el jefe de cocina, quien al llegar a un lado de la mesa recitó el menú.
“Muy buenas tardes, presento para su consumo y disfrute una deliciosa crema de vegetales salvajes originarios de los campos de Lambar como apertura, Cochinillo al horno con patatas panaderas aderezadas con ajos, hojas tiernas de laurel, tomillo, sal, pimienta negra y una gran Proción de un fino aceite de oliva traído desde el medio oriente por mercaderes árabes.”
Luego de esto los cuatro sirvientes procedieron a colocar los alimentos en forma muy organizada sobre las diferentes áreas de la mesa, y al terminar dos de ellos se encargaron de atender y servir de manera refinada los alimentos, comenzando por la crema de vegetales esperando alguna señal del comensal cuando considerase suficiente la ración que le estaban sirviendo.
“Buen apetito Sub Comandante.”
“Muy buen apetito a usted mi honorable visitante.”
Ya finalizado el almuerzo, ambos Sub Comandantes compartieron cuentos de la academia mientras terminaban de consumir el vino que quedaba sobre la mesa.
“¿Y qué otra actividad tiene programada para cumplir en Lambar? Y por supuesto ¿Cómo puedo ayudarle? ¿Necesita alguna escolta, alojamiento o cualquier cosa?”
“Muy amable de su parte Cross, solo requiero alojamiento por los próximos dos días para visitar a algunos amigos que viven en esta ciudad.”
“Hecho.”
Luego de haber compartido el almuerzo el Sub Comandante Cross se excusó para retirarse a su comando a atender los asuntos inherentes a su cargo mientras preguntaba nuevamente si necesitaría algún escolta que le acompañara por la ciudad.
“Cross no intentes enseñarme como estar seguro en Lambar pues he estado acá más veces de las que imaginas, pero nuevamente muchas gracias. Lo que queda pendiente es saber adónde me alojaré estas dos próximas noches”
“Hostería Juliette, allí le atenderán cuando usted llegue, ya todo está coordinado.”
“Nuevamente siéntase en su casa.”
Concluyó con un fuerte estrechón de manos y un saludo marcial posterior que fue correspondido inmediatamente por el Sub Comandante Lewis.
Capítulo Cuatro
El agudo sonido de la campanilla de la entrada alertó a Amelia quien a través de la mirilla disimulada que había sido instalada por su esposo observó el no muy agradable perfil de Ava escudriñando todo lo que había en el frente de la casa. Amelia se apresuró a responder, mientras recordaba todo lo conversado con Lexi en su visita durante días pasados.
“Un momento por favor”
Luego de un breve momento y ya habiéndose librado del delantal que portaba previo a la llegada de Ava, Amelia abrió la puerta fingiendo una gran sorpresa.
“Ava, pero que inmensa sorpresa recibirla en mi humilde morada”
“Gracias Amelia estaba apreciando sus hermosas plantas. ¿Puedo pasar?”
“Por supuesto que sí. Considérese mi invitada de honor”
Respondió Amelia, indicándole a Ava por dónde dirigirse a través de la casa hasta un patio lateral con el ambiente perfumado a azahar adónde había una hermosa mesa campestre con sillas de espaldar labrado ubicada debajo de una amplia sombrilla.
“Que hermosa estancia” expresó con evidente sorpresa Ava, quien nunca antes se había aventurado a visitar a Amelia a quien consideraba una mujer dedicada únicamente a su hogar.
“Muchas gracias, considero que este es un pequeño paraíso que me regaló mi esposo cuando nos mudamos a esta casa desde los campos remotos. La vida de los combatientes es por demás abnegada pero cuenta con sus bien merecidas bondades.”
“Ciertamente Amelia.”
“Sí me dispensa, debo ir a alistar el agua para una infusión y traeré biscochos de frutas para acompañarnos mientras la atiendo”
“Adelante Amelia, sin embargo no debes molestarte, gracias.”
Amelia se retiró a la cocina y coloco al fogón un caldero conteniendo agua, bayas de saúco secas, una pequeña porción de mirtilo, flores secas de hibisco, bayas secas de espino blanco y una porción de ralladura fina de naranja.
Tomó un tamiz de tela suave y una vasija, mientras que sobre una bandeja colocó dos tazas, dos cucharitas una jarrita de miel y un plato con diez biscochos alargados en forma de listoncillos de madera color chocolate punteados de pequeñas porciones de frutas, para dirigirse hasta la estancia y dejar todo allí en espera de la infusión que se preparaba en ese momento.
“Nuevamente esta es una muy agradable sorpresa, pues por lo general no recibo muchas visitas en mi casa. La s personas están muy ocupadas con sus propias vidas y tienen el tiempo comprometido en sus propios quehaceres.”
“Tiene razón Amelia, sin embargo suelo romper las rutinas y hacer cosas nuevas que me permitan compartir con diferentes personas de nuestra ciudad de manera inesperada.”
“Sobretodo inesperada, pero a la vez muy grata su visita para mí que me dedico en cuerpo y alma a mi hogar y a mi esposo.”
Se retiró Amelia a la cocina y tomo el caldero cuyo contenido ya hervía, luego coló cuidadosamente todo el contenido y el aroma frutal invadió el ambiente, luego se dirigió a la estancia perfumada a azahar y el aroma de la infusión se mezcló con el aroma original y creo una combinación de olor por demás refrescante y cautivador que llamó la atención de Ava, quien hizo un ademan cerrando sus ojos y moviendo levemente su cara hacia arriba mientras aspiraba el delicioso aroma.
“Amelia está comenzando a cautivar mis sentidos con esa deliciosa y desconocida mezcla de aromas, me obligará a visitarle con más frecuencia. Quizá el resto lo hagan esos tentadores biscochos que siento que están ansiosos por ser comidos.”
“Ja, ja, ja, rió Amelia mientras pensaba que no le agradaba la sugerencia y comenzaba a verter la infusión en ambas tazas. En un momento le explicaré como disfrutar de la infusión y los biscochos para que nunca más olvide esta grata experiencia.”
“Ya la estoy disfrutando y ni siquiera los he probado.”
Al finalizar, Amelia le recomendó mezclar solo 1 cucharadita de miel con la infusión, para dar pequeños mordiscos a los biscochos y una vez triturados dentro de la boca, tragarlos y beber un sorbo de la infusión para inundar el paladar y disfrutar de los sabores resultantes antes de tragarla.
“¡Huuuum!, realmente delicioso Amelia, me temo que tendrá que confiarme los secretos de su cocina”
“Secretos de Tradición familiar”
“Muy bien Amelia mi visita de hoy está motivada por el deseo que le manifesté en días pasados a Lexi, con quien suelo asistir al “Café Antiguo Crestor” adonde solemos compartir una delicia que allá preparan llamada “Vigoroso” y que para gran pesar de ellos acaba de ser destronado como lo mejor que había probado en mi vida. Solo me pregunté varias veces a mí misma, y ¿por qué no incorporar a Amelia a nuestras escapadas de la rutina?, ¿por qué no alejarla un poco de sus oficios del hogar y que disfrute una pausa tal y como solemos hacer nosotras? Esperando lógicamente no ponerla en aprietos con su esposo o nadie de su familia, claro está.”
“Esa es una excelente idea, me encanta y me siento honrada de que así lo proponga. En mi hogar mantengo una comunicación muy franca y directa con mi esposo y él me ha insistido en varias oportunidades que debo salir de casa, que debo socializar más con la gente, sin embargo, es mi naturaleza, quizá mi crianza influyó en que sea yo una mujer reservada y a quien quizá perciban con aires de autoridad.”
“Está bien cada quien es cómo es y eso se respeta. Pero, ¿le parece que la propuesta de acompañarnos le satisfaría?”
“Por supuesto que sí, cuenten con mi participación como nueva miembro de sus ¡escapadas de rutina!”
Al instante Ava terminó de beber la infusión y se levantó, a lo que Amelia sorprendida reaccionó levantándose también.
“¿Se retira?”
“Sí, debo ir a casa a atender a mi pequeña hija Melany de seis años quien está al cuidado de mi madre que ha visto por ella desde que nació y a quien le estaré eternamente agradecida por su dedicación tanto a mí como a mi hija.”
“Es una bendición contar con los abuelos.”
A lo que Amelia le pidió esperarla mientras tomaba una servilleta de tela y envolvió con la misma cinco biscochos que habían quedado enteros sobre el plato para enviárselos a la niña.
“Este es un presente para su pequeña hija y su madre de mi parte.”
“muy agradecida Amelia, aunque le confieso que será bastante duro para mí no comerlos por el camino y llegar sin nada a casa,” comentó riendo.
En la “Hostería Juliette” ya esperaban al Sub Comandante Lewis cuando llegó. Fue atendido por una chica hermosa de estatura media contextura delgada y cabello castaño oscuro quien se presentó a sí misma como Aurora la hija de Juliette, la joven dueña de la hostería.
“Soy Aurora, la hija de Juliette. Mi madre me ha encomendado que le entregue este paquete contentivo de la lencería de cama y de baño que usted necesitará durante su estancia. Al momento que usted nos indique enviaremos a una de nuestras mucamas a tender su cama, si desea cenar la cena ya está disponible.”
“Muchas gracias joven dama. ¿Cuál será mi habitación?”
“Le asignamos la última habitación al fondo del pasillo, por ser la mejor de toda nuestra hostería, bienvenido.”
“Nuevamente gracias, en caso de necesitar algo acudiré a usted. ¡Buenas noches!
El primer canto de gallo anunciaba la hora de levantarse a Lewis quien llevaba una agenda oculta que cumplir visitando a amigos y familiares que vivían en Lambar.
Una vez vestido y antes de salir echó mano de una hogaza de pan y la rellenó con una buena porción de Khlea que era una carne seca especiada de ovejo que preparaba su esposa, una receta que había aprendido de unos antecesores árabes quienes cortaban las porciones de carne en tiras y la marinaban con comino, cilantro y ajo y las dejaba desecar al sol por varios días. Era una excelente fuente de las proteínas que tanto necesitaba para mantenerse vigoroso y activo durante días, los próximos dos días serían bastante exigentes. Luego de comer, enjuagó su boca con agua en primer lugar y sacó una pequeña botella de licor, de la que tomó un sorbo y luego de nuevamente enjuagar toda su boca, lo tragó.
Al salir notó que Lambar era una ciudad no tan diferente de Crestor, sin embargo a tan tempranas horas lucía silenciosa, misteriosa y triste bajo los matices de luz de las antorchas ubicadas en lo alto de los muros a lo largo de las calles, ya la claridad del alba comenzaba a aparecer tímidamente en el horizonte.
Al final de la calle pudo observar a un hombre que venía bajando y apagando las antorchas según un ritual que evidenciaba su práctica en el asunto, cuando pasó a su lado pudo observar que el hombre hizo un discreto intento por ver la cara del transeúnte que a su lado pasaba a esa hora.
Luego de caminar por diferentes calles llegó a una casa de mediano tamaño a través de cuyas ventanas se observaban luces en su interior, golpeo en tres sucesiones de tres golpes a la puerta cada vez, un código que había acordado la familia desde hacía mucho tiempo para indicar a los residentes que era otro miembro de familia quien llamaba a la puerta. Sonidos sobre la madera de la puerta le indicaron que alguien ya maniobraba desde adentro de la vivienda para abrir la pesada puerta.
Una figura de mujer apareció al abrir la puerta y sus grandes ojos enfocaron a Lewis por un breve instante.
“¡Teeeeeooo!” grito la mujer mientras dibujaba una gran cara de felicidad en su rostro.